Muchas veces, el trabajo que nos da de comer no es justo el más bonito del mundo o el más gratificante, eso no importa. Lo importante es no dejar de motivarse.
Para ello, es muy importante hacer trabajos personales: pintar o crear cualquier tipo de cosa que se nos ocurra o nos apetezca. Eso hará que fomentemos nuestra creatividad y no se oxiden nuestras neuronas haciendo lo mismo de siempre.
No te importe si haces algo bueno o algo muy malo, lo importante es que hagas lo que en ese momento te apetezca.
Aquí os dejo dos pequeños monstruítos, creados un día cualquiera 🙂